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Punks & Skins en la RDA

Condenado Fanzine



El primer artículo extenso que fue publicado en Condenado Fanzine durante 2019 estuvo dedicado a las Jornadas del Caos que comenzaron a celebrarse a principios de los años 80 en Hannover, ciudad de la República Federal Alemana, como protesta ante la creación por parte de la policía local de un fichero con lxs punks locales.

En este 2020 vamos a viajar al otro lado del muro, a la República Democrática Alemana, para ver cómo las autoridades políticas y policiales vieron en el punk no sólo una influencia negativa procedente del decadente Occidente, también una amenaza, la mayor, para la juventud del país.

La división política de Kriminalpolizei, conocida como K1, y la división de los servicios secretos estatales, la popular Stasi,(forma abreviada de llamar al Ministerium für Staatssicherheit), responsable de subvertir la actividad política clandestina, intervinieron para instituir una política coordinada de represión sobre el movimiento punk que se consideraba que estaba auspiciado desde la República Federal Alemana.

El artículo también servirá para hablar del movimiento skinhead en la RDA, que estuvo ligado principalmente a la extrema derecha y comenzó a manifestarse en las gradas de los estadios de la Alemania del Este, así como también agrediendo a inmigrantes y punks locales.

Tras la caída del muro de Berlín, los filonazis se hicieron fuertes en los grupos hooligans de algunos equipos del Este, como Dynamo Dresden o Hansa Rostock, protagonizaron ataques a albergues de inmigrantes durante 1991 y 1992, para en años y décadas siguientes pasar a actuar en las filas de movimientos como Pegida (Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente) o a apoyar electoralmente a partidos como ADF (Alternativa por Alemania), fuerza mayoritaria en el estado de Sajonia, que pertenecía a la antigua RDA.

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Punk In Ostberlin

En el verano de 1977 y gracias a una revista traída por un primo de la Alemania Occidental de uno de sus amigos, Britta Bergmann, una joven adolescente de 15 años de edad que iba a ser conocida como Major, iba a descubrir a Sex Pistols, posteriormente iba a escuchar “Pretty Vacant” en una emisora británica y se iba a convertir en la primera punk de la RDA.

BBC Radio iba a ser el primer medio a través del cuál los alemanes y las alemanas del Este iban a descubrir el punk que estaba arrasando en Reino Unido en aquel 1977. Estas emisiones radiofónicas llegaban a territorio alemán para ser escuchadas por los soldados británicos que estaban desplegadas desde la II Guerra Mundial. Tanto BBC como Radio Luxemburgo se podían sintonizar en toda la RDA, salvo en alguna zona de Dresden y alrededores.

Major comenzó no sólo a escuchar esta nueva música decadente llegada de occidente, también empezó a cambiar su estética, incluyendo en su ropa frases como “Soy una enemiga del estado”, que llamaron la atención tanto de sus profesores como de las propias autoridades policiales de la RDA.

En mayo de 1978, y con 16 años de edad, fue interrogada por primera vez en comisaría, mientras que a finales de agosto de ese mismo año, la Stasi abría expediente siguiendo las instrucciones del teniente Müller, que consideraba a Major como una “peligrosa enemiga del estado”. Era la primera punk de la Alemania del Este también a la hora de inaugurar el archivo de este órgano de inteligencia de la antigua RDA.

La primera generación

La escena punk en la DDR fue verdaderamente underground y clandestina debido a la presión policial sobre el movimiento que se intensificó desde 1982 y fue especialmente dura y represiva durante 1983 y 1984.

Las primeras bandas punk de la Alemania del Este aparecieron en Berlín Oriental, Leipzig y Weimar. Los principales grupos de la primera ola del punk de la RDA fueron Planlos, Namenlos, AuSSchlag, Wutanfall o Schleim Keim, por citar algunas bandas de referencia.

Los primeros conciertos se desarrollaron en garajes y pisos, pero posteriormente, la escena punk iba a encontrar refugio en las iglesias luteranas. Estos lugares se mantenían a salvo de las redadas y detenciones por parte de la policía, y funcionaron como centros de acogida para movimientos de oposición al gobierno de Erich Honecker. Podían ser paradxs o detenidxs al entrar o salir de la iglesia, pero nunca dentro, por lo cuál fueron lugares adecuados para albergar conciertos de estas nuevas bandas.

La mayoría de estos grupos no llegaron a grabar en aquellos días. No tenían acceso a los medios, mayoritariamente en manos del estado y de sus sello oficial, Amiga. Muchas de las grabaciones fueron realizadas durante los conciertos y distribuidas a través de cassettes.

El seguimiento y persecución de los y las punks en la RDA no fue una cuestión prioritaria hasta 1982 cuando así lo ordenó su director, Erich Mielke. Sin embargo, el hostigamiento por parte policial había sido una tónica habitual para ellos.

Las detenciones caprichosas y visitas rutinarias a comisaría formaban parte de la vida cotidiana de lxs punks más reconocibles estéticamente en la Alemania del Este, algo que también pasaba en las llamadas democracias occidentales.

La idea era vivir tu vida como quieras, vestirte como quieras, escuchar la música que te gusta y no ser encerrado detrás de las paredes y el alambre de púas

Christiane Eisler, fotógrafa que inmortalizó la escena punk de los 80 a través de sus imágenes
Desde principios de la década de los 80s, los presencia en la calle de lxs punks fue más visible a pesar de no ser una gran mayoría. Según un informe de 1981 elaborado por la Stasi, en la RDA había aproximadamente menos de un millar de punks (800) y otros 10.000 simpatizantes.

En ese momento, la división política de Kriminalpolizei, K1, y la división Stasi responsable de subvertir la actividad política clandestina intervinieron para instituir una política coordinada de represión sobre el movimiento punk que se consideraba que estaba auspiciado desde la República Federal Alemana.

Tras la actuación de K1 y Stasi, unos 250 punks se vieron obligados inmediatamente a firmar documentos en los que se identificaban como potenciales elementos criminales. Trabajando en conjunto con la Stasi, el K1 buscó resolver el problema punk eliminando a los punks de la esfera pública. Implementaron una prohibición general de los punks en bares, cafeterías, restaurantes y clubes juveniles. Y dejaron en claro que cualquier establecimiento atrapado ignorando la prohibición podría perder su licencia.

Por otro lado, muchos de lxs punks recibían llamadas regulares a las estaciones de policía, donde se les preguntó sobre sus creencias políticas, los lemas escritos en sus insignias y ropas, y su círculo de amistades.

Ofensiva final 1983-1984

La represión final por parte de la Stasi se produjo a raíz de la celebración del que puede ser considerado como primer festival punk en la RDA en abril de 1983. El festival fue en la ciudad de Halle y contó con grupos fundamentales del movimiento como Planlos, Namenlos y Müllstation.

En 1983, el jefe de la Stasi, Erich Mielke, da la orden de romper el movimiento, lo que supuso el punto álgido de una ola de represión. Lxs punks son criminalizados, reclutados en el ejército o presionados para abandonar la escena. Algunos de ellos también son deportados a la RFA.

La presión se hace más fuerte en las calles con mayor número de detenciones para verificar datos, interrogatorios en comisarias, palizas e incluso cortes de cresta, algo que también pasaba en este lado de occidente como sucedió en las fiestas de Bilbao en 1985.

Además aumenta el número de infiltrados en la escena, incluyendo a miembros de grupos, para recabar información sobre el movimiento. Sin embargo, esto no amedrenta a las bandas que sigue escribiendo canciones críticas con el estado de la RDA.

“Una razón por la que el punk se convirtió en una amenaza fue porque rápidamente se convirtió en algo exclusivamente oriental”, explica el periodista  “Cuando se comenzaron a juntar estas bandas, lo estaban haciendo todo en alemán y se trataba de sus propias vidas. Los punks británicos cantaban sobre su futuro y sus condiciones socioeconómicas, mientras que el problema en Alemania Oriental era casi todo lo contrario; tenían demasiado futuro. No hubo desempleo en Alemania del Este”.

Tim Mohr, autor del libro Burning Down the Haus: Punk Rock, Revolution, and the Fall of the Wall.
Un escarmiento ejemplar se hace con la banda berlinesa Namenlos. Se les acusa de “agitación antiestatal” y “letras subversivas“; los miembros fueron encarcelados por un año y medio. La represión no sólo afecta a los músicos, simpatizantes de Namenlos de la ciudad de Leipzig fueron sentenciados a 12 meses de cárcel por hacer pintadas en favor de su libertad.

Wutanfall se convirtió en un otro objetivo prioritario de la Stasi. Uno de los miembros de la banda, llamado Chaos, fue intimidado, citado repetidamente para presentarse en comisaría, objeto de malos tratos, su licencia de conducir fue retirada y fue expulsado de su domicilio.

Otro de los miembros de Wutanfall, Stracke recuerda que la Stasi también trató de reclutarle, diciéndole que si se unía, él podría “permanecer en la escena y hacer lo que quisiera“, pero si se negaba,”harían que su vida fuera un infierno“. No aceptó y fue encarcelado en dos ocasiones.

Dos músicos de la banda de punk de Leipzig, Wutanfall también recibieron penas de prisión de hasta un año y medio. Los miembros de la banda berlinesa Planlos fueron llamados al Ejército Popular Nacional e inscritos dentro de un programa de re-educación ideológica.

Para 1984 la primera ola del punk de la DDR está destruida, aunque de sus cenizas empiezan a surgir nuevos proyectos, como es el caso de L’Attentant en la que militaban dos ex Wutanfall. Curiosamente, dos de los miembros de Wutanfall fueron informantes de la Stasi según descubrió Stracke al acceder a su expediente.

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Radio Condenado #12 | Punk, Stasi, hooligans nazis y racismo en la ex RDARadio Condenado #12 | Punk, Stasi, hooligans nazis y racismo en la ex RDA (pincha en la imagen para escuchar)

Las otras bandas

La segunda ola del punk contó con un cierto viento a favor que venía de la URSS de Mijaíl Gorbachov y sus nuevas políticas de apertura a Occidente, al libre mercado y al capitalismo, que poca prosperidad iban a traer a sus ciudadanos salvo para algunos oligarcas elegidos. La presión sobre el punk disminuyó ligeramente, aunque en 1989 un informe de la Stasi le seguía identificando como la mayor amenaza entre la juventud de la RDA.

Muchas bandas de música alternativa fueron agrupadas dentro del bloque Die Anderen Bands (Las otras bandas) que fueron toleradas por parte de las autoridades estatales, a pesar de tener mensajes críticos contra la situación social en el país.

A finales de la década de 1980 había varios estilos musicales diferentes que estaban de moda dentro de la escena musical de Alemania Oriental. Había alrededor de 400 grupos profesionales en la RDA que iban desde grupos de rock convencionales como The Puhdys y Silly hasta el punk rock y heavy metal de Feeling B y Prinzip.

Sin embargo, los seguidores de la música de Alemania del Este también estaban muy interesados en la música popular occidental. Una pequeña selección de discos de artistas occidentales considerados aceptables por el SED, entre los que se incluían Phil Collins, Michael Jackson o Santana, se lanzaron a través de AMIGA durante la década de 1980.

En Berlín Oriental, estrellas occidentales como Big Country, Bryan Adams y Marillion actuaron junto a bandas de la RDA. El 19 de julio de 1988, Bruce Springsteen realizó el mayor concierto de rock en la historia de la RDA frente a 160.000 personas.

Aunque hubo muchas bandas punk y hardcore que no entraron dentro de lo que se definió como Die Anderen Bands, algunas de ellas, como el caso de Feeling B (originalmente Feeling Berlin) o Die Anderen fueron permitidas por parte de las autoridades, podían dar conciertos no sólo en salas también en la RFA, y grabaron discos.

En el caso de Feeling B., incluso llegaron a grabar su primer disco para AMIGA, que era la discográfica oficial de la RDA. Éste fue el primer disco de punk y new wave editado oficialmente en la RDA.

En sus filas estaban el teclista Flake Lorenz y el guitarrista Paulchen, que posteriormente iban a formar parte de los conocidos Rammstein. De hecho, el cantante de Rammstein,  Till Lindemann, colaboró con Feeling B en la canción “Lied von der unruhevollen Jugend“.

Este movimiento de grupos de música alternativa, no sólo punk o new wave, destacaba por hacer una crítica más o menos abierta del sistema político de su país y un alto grado de creatividad que faltaba en la escena musical oficialista de Alemania Oriental. Muchos miembros de estas bandas jugaron un papel importante durante la época del cambio político en 1989.

Nazis wieder in Ost Berlin

Nazis wieder in Ost Berlin” (“Nazis de vuelta en Berlín Este“) es el título de una canción de Namenlos que les trajo problemas con las autoridades y policía de la RDA. Sin embargo, a pesar de estar dedicada al estado de la Alemania del Este, la canción se adelantaba en el tiempo a lo que iba a suceder durante los últimos años del gobierno comunista en Alemania Oriental y, sobre todo, anticipó lo que iba a acaecer en estas regiones tras la caída del Muro, con sonados disturbios y ataques neonazis a inmigrantes como los de Hoyerswerda en septiembre de 1991 o en Rosctock, en agosto de 1992.

El termino fascista era un insulto al gobierno socialista de la RDA, ya que en su constitución se declaraba como estado “antifascista“. Sin embargo, lo cierto es que desde mediados de la década de los años 80, los simpatizantes del nazismo comenzaron a mostrase públicamente, especialmente entre el movimiento skinhead y hooligan de la Alemania del Este.

Durante estos años, los skinheads ultraderechistas y otros simpatizantes ultras de la RDA fueron agrediendo a extranjeros, punks e, incluso, la propia Policía. Sin embargo, desde las autoridades se intentó camuflar estas agresiones como “vandalismo” o “gamberrismo“, a pesar de que la Stasi comenzó a prestar atención al fenómeno desde 1983. Esto iba a cambiar tras el 17 de octubre de 1987.

La iglesia de Zion, en Berlín Este, acogió un concierto con Die Firma, quienes también espiaron para el estado, y Element of Crime. A la conclusión del concierto, un grupo de unos 30 skinheads nacionalsocialistas atacaron a parte de los 2.000 asistentes que se había congregado en la iglesia al grito de “¡Sieg Heil!”, “¡Judíos fuera de las iglesias alemanas!” y “¡Cerdos comunistas!“.

El ataque se había gestado en el Sputnik y estuvo promovido por un grupo de skinheads llamado Ostkreuzers, que se había originado en la propia escena punk. De forma clandestina, en aquellos años se habían constituido otras organizaciones fascistas, como Lichtenberger Front, NS-Kradstaffel Friedrichshain, Gubener Heimatfront, Wotansbrüder o Weimarer Front.

La policía detuvo a cuatro skinheads como integrantes del grupo que atacó la iglesia de Zion. Fueron condenados a penas entre uno y dos años de prisión en un juicio que tuvo repercusión en occidente.

Cuatro jóvenes skinheads (cabezas rapadas) fueron condenados a penas de prisión el jueves pasado por un tribunal de Berlín Este en el primer juicio a grupos neonazis que se celebra en la República Democrática Alemana (RDA). Este proceso es el primer reconocimiento explícito de la existencia de grupos de jóvenes neonazis en el Estado alemán socialista.La Prensa de la RDA, al informar sobre el juicio, ha evitado el término skinhead. La existencia de grupos neonazis se presenta habitualmente en los medios oficiales de Berlín Este como una lacra de los países occidentales, y especialmente de la República Federal de Alemania (RFA), como prueba del peligro de un resurgir del nacionalsocialismo.

El País, 6 de diciembre de 1987
Entre octubre de 1987 y enero de 1988, se iniciaron 40 investigaciones contra 108 skinheads. Varios fueron condenados, como los autores del ataque contra la iglesia de Zion. En las altas instancias del estado hubo un debate interno que llevó al gobierno el 2 de febrero de 1988 a aplicar una política de detención de “todos los fenómenos del neofascismo“.

El Ministerio del Interior fundó un “Grupo de trabajo Skinhead” y lo insertó dentro de la policía criminal. El jefe, el teniente coronel Bernd Wagner, fue el encargado de realizar un análisis de la situación y recomendar estrategias de represión. Pero Wagner y sus colegas sabían que ya no estaban lidiando con un fenómeno juvenil fugaz. Lo que estaba sucediendo bajo sus ojos era un proceso que amenazaba a la sociedad en su conjunto.

Sin embargo, las explosiones de odio fascista comenzaron a sucederse: ataques con explosivos en las empresas de Magdeburgo; en Karl-Marx-Stadt, los skins atacaron a una niña de aspecto extranjero y le rayaron una estrella de David en el brazo; otro grupo de boneheads golpeó a un mozambiqueño en Dresde; cinco jóvenes agredieron a otro africano en Halle; … Según las cifras oficiales, en 1988 hubo 185 delitos de extrema derecha en la RDA y el número aumentó a más de 300 en 1989.

Los estudios realizado por el grupo de trabajo skinhead de Wagner junto a otros análisis realizados por el Instituto Central de Investigación de la Juventud de Leipzig arrojaron algunos resultados sorprendentes para el estado:

  • 2% de la juventud de la RDA formaba parte de la escena skinhead neonazi
  • 4% de la juventud de la RDA simpatizaba con el nazismo
  • 30% de la juventud de la RDA aprobaba las actividades de la ultraderecha
  • 12% de la juventud de la RDA pensaban que el fascismo tenía “cosas buenas” y creían que Hitler había buscado lo mejor para el pueblo alemán
El grupo dirigido por Wagner capturó a un millar de skinheads neonazis, considerando que la escena podía llegar a alcanzar los 6000 simpatizantes dentro de la juventud del país. Las conclusiones alarmaron al estado que implementó medidas judiciales contra los autores de manifestaciones neonazis.

Las gradas de los estadios de fútbol de la RDA dieron cobijo a muchos de los skinheads filonazis. El club de la Stasi, Dynamo Berlin no fue ajeno a ello. Un disidente llamado Vera Lengsfeld convocó a los simpatizantes nazis a ocupar el córner derecho de uno de los fondos. Desde allí celebraban los goles locales realizando el saludo nazi.

El incremento del número de skinheads en las gradas de los estadios de la capital, Leipzig, Halle, Rostock y otras ciudades fue palpable durante la temporada 1987-88. En julio de 1988, la Stasi consideraba que unos 30 seguidores del Unión Berlín eran skinheads militantes. Un mes antes, con motivo de la Final de Copa entre el Dynamo Berlín y Carl Zeiss Jena se produjeron los incidentes más graves de la historia del fútbol de la RDA. Entre 100 y 150 skinheads y hooligans marcharon al estadio cantando canciones nazis y realizando agresiones.

Antes de la conclusión del proceso de reunificación alemana, en abril de 1990, coincidiendo con el aniversario del nacimiento de Hitler, los seguidores del Dynamo Berlín empezaron a cantar canciones neonazis durante su partido contra el Hansa Rostock. Posteriormente hubo graves incidentes que se saldaron con más de un centenar de heridos y 30 detenidos.

Bajo este clima de auge del fascismo y la xenofobia en los estados pertenecientes a la ex RDA, un fenómeno que también afectaba a la RFA, en 1990 se forma el primer partido de extrema derecha de la Alemania del Este, Alternativa Nacional.

En los años siguientes a la reunificación alemana, plasmada en octubre de 1990, elementos de extrema derecha locales junto con otros procedentes de la Alemania Occidental, durante septiembre de 1991 atacaron durante una semana un albergue de trabajadores mozambiqueños y vietnamitas en la localidad de Hoyerswerda, en el estado de Sajonia.

Al año siguiente, en agosto de 1992, los incidentes racistas se trasladaron al distrito de Lichtenhagen en Rostock, donde unas 400 personas fueron detenidas tras varios días de ataques con piedras y cócteles molotov a alojamientos de inmigrantes. Fueron los ataques contra inmigrantes más graves en la historia de Alemania tras la II Guerra Mundial.

El auge de los movimientos de ultraderecha y xenófobos en los estados de la antigua RDA, así como sus conexiones con el mundo de las gradas fueron analizadas en la emisión #12 de Radio Condenado, a partir del minuto 38:20.

https://anchor.fm/radio-condenado/embed/episodes/Radio-Condenado-12–Punk–Stasi–hooligans-y-nazis-en-la-ex-RDA-e9ickn

Autor: Charlie Condenado

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