Los cuentos judíos del Nobel Isaac Bashevis Singer, de la mano de Kalandraka
Zlateh, la cabra» y otras historias
«Chelm era un pueblo de necios, necios jóvenes y necios viejos». Con esta frase simple pero directa, como la mayoría de sus personajes, se nos presenta el pueblo en el que se ambientan la mayoría de los cuentos judíos de «Zlateh, la cabra» y otras historias.
No obstante, además de necios, los habitantes de Chelm son también divertidos, tiernos y tremendamente espontáneos. Será difícil, más allá de la edad con la que los conozcamos, no encariñarse con personajes como Atzel, el holgazán de «El paraíso del necio», el matrimonio Shlemiel o Yenta, la mayor de las cuatro hermanas de «Los pies enredados y el novio lerdo». Sin embargo, la propia simpleza de los personajes hace que, para el lector al que no van dirigidos los cuentos, para el lector adulto, los más mayores puedan parecer deshumanizados, fríos si los contraponemos a algunos niños o a la humanización de los personajes animales. El resultado es una igualdad general entre los personajes grandes y pequeños, animales y humanos. Nótese que esto no es una crítica, antes bien, señalo como un acierto la variedad de lecturas que pueden ofrecer unos cuentos que, con razón, se nos presentan sin una moraleja final.
«Zlateh, la cabra» y otras historias.
Pero a esto no contribuye solo Bashevis Singer: el acierto de la editorial Kalandraka de mantener el formato original nos trae las excepcionales ilustraciones del también clásico Maurice Sendak. Ilustraciones tan expresivas que, a veces, atrapan tanto más que las historias que las inspiran.
De estilo ameno y a imitación de una tradición oral y mitológica, Bashevis Singer nos llega en castellano, catalán o portugués; siempre a elección del lector. Por lo demás, no podemos sino destacar «Zlateh, la cabra», el cuento que da título al libro, como obra maestra de esa amalgama de géneros conocidos como literatura infantil. Cuentos de Janucá en su mayoría que, poco después de su cierre, os invitamos a leer en compañía.
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‘Zlateh, la cabra’ y algunos humanos mucho menos humanos was originally published in Papel en Blanco on Medium, where people are continuing the conversation by highlighting and responding to this story.
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No obstante, además de necios, los habitantes de Chelm son también divertidos, tiernos y tremendamente espontáneos. Será difícil, más allá de la edad con la que los conozcamos, no encariñarse con personajes como Atzel, el holgazán de «El paraíso del necio», el matrimonio Shlemiel o Yenta, la mayor de las cuatro hermanas de «Los pies enredados y el novio lerdo». Sin embargo, la propia simpleza de los personajes hace que, para el lector al que no van dirigidos los cuentos, para el lector adulto, los más mayores puedan parecer deshumanizados, fríos si los contraponemos a algunos niños o a la humanización de los personajes animales. El resultado es una igualdad general entre los personajes grandes y pequeños, animales y humanos. Nótese que esto no es una crítica, antes bien, señalo como un acierto la variedad de lecturas que pueden ofrecer unos cuentos que, con razón, se nos presentan sin una moraleja final.
«Zlateh, la cabra» y otras historias.Pero a esto no contribuye solo Bashevis Singer: el acierto de la editorial Kalandraka de mantener el formato original nos trae las excepcionales ilustraciones del también clásico Maurice Sendak. Ilustraciones tan expresivas que, a veces, atrapan tanto más que las historias que las inspiran.
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