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Unos 150 intelectualescritican el imperante clima de intolerancia y la "restricci贸n al debate"

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MADRID, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -

Un total de 150 intelectuales, entre los que se encuentran nombres como los de Margaret Atwood, John Banville o Noam Chomsky, han rechazado en una carta la "restricci贸n del debate" y piden "preservar la posibilidad de desacuerdos de buena fe sin consecuencias profesionales nefastas".

En esta misiva, publicada en el medio norteamericano Harper's Magazine, los firmantes, entre los que se encuentran escritores, historiadores, periodistas, activistas y miembros de las universidades m谩s prestigiosas, critican el "clima intolerante que se ha establecido en todos los lados" tras un "ajuste de cuentas necesario" por la igualdad racial y social.

Tal y como se帽alan, estas "poderosas protestas por la justicia racial y social" ha intensificado "un nuevo conjunto de actitudes morales y compromisos pol铆ticos" que tienden a debilitar las "normas de debate abierto y la tolerancia de las diferencias a favor de la conformidad ideol贸gica".

"Las fuerzas del iliberalismo est谩n ganando fuerza en todo el mundo y tienen un poderoso aliado en Donald Trump, que representa una amenaza real para la democracia", sostienen estas voces, que abogan por no permitir que "la resistencia se endurezca en su propio tipo de dogma o coerci贸n, que los demagogos de derecha ya est谩n explotando".

En este sentido, se帽alan que "el libre intercambio de informaci贸n e ideas" se est谩 volviendo "cada vez m谩s restringido", algo que si bien se esperar "en la derecha radical", creen que "la censura tambi茅n se est谩 extendiendo m谩s ampliamente" con "una intolerancia de puntos de vista opuestos, una moda para la verg眉enza p煤blica y el ostracismo, y la tendencia a disolver cuestiones pol铆ticas complejas en una ceguera moral cegadora".

Estos intelectuales critican que los l铆deres institucionales, "en un esp铆ritu de control de da帽os en p谩nico", aplican "castigos apresurados y desproporcionados" en lugar de "reformas", pero tambi茅n se帽alan que los editores son despedidos por "piezas controvertidas"; los libros son retirados por "presunta falta de autenticidad"; los periodistas tienen prohibido escribir sobre ciertos temas o los profesores son investigados por "citar trabajos de literatura en clase".

"Cualesquiera que sean los argumentos en torno a cada incidente en particular, el resultado ha sido estrechar constantemente los l铆mites de lo que se puede decir sin la amenaza de represalias. Ya estamos pagando el precio con mayor aversi贸n al riesgo entre escritores, artistas y periodistas que temen por su sustento si se apartan del consenso, o incluso carecen de suficiente celo en el acuerdo", lamentan.

A su juicio, esta "restricci贸n del debate" perjudica a quienes carecen de poder y hace que todos sean "menos capaces de participar democr谩ticamente", por lo que rechazan "cualquier elecci贸n falsa entre justicia y libertad, que no puede existir la una sin la otra".

"Como escritores, necesitamos una cultura que nos deje espacio para la experimentaci贸n, la toma de riesgos e incluso los errores. Necesitamos preservar la posibilidad de desacuerdos de buena fe sin consecuencias profesionales nefastas", concluyen.


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